lunes, 1 de mayo de 2017

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27 Lunes

Matilde se cepilla el cabello con energía. Se pone perfume detrás de las orejas y brillo en los labios. Más no puede hacer por su cara de lunes 6 y 45 de la mañana. No durmió bien: Lorena gritaba en sueños y fue a verla. No quiere pensar en su hermanita ahora. Sale del baño con prisa.


Marcelo se afeita. Lo espera un día pesadísimo, varias reuniones al hilo. Aunque quizá pueda almorzar con Fernando. Precisa hablar con alguien. Alguien adulto. Sobredosis infantil. Y adolescente agrega.


Agustina busca en su alhajero los aritos de perlas. Eran de mamá recuerda y se acaricia  las orejas. Ensaya ante el espejo de su cómoda distintos peinados. Soy una boluda piensa y se recoge el cabello con brusquedad. Agarra la mochila y el blazer y baja la escalera a los saltos.


Lo escuché a papá por suerte no vino a retarme porque anoche grité pobres chicas nos las dejé dormir primero Agus y después Matilde pero ellas me tienen paciencia por ahora me tienen porque todavía no saben.


¿Le firmaste el boletín a Sofía? le recuerda Matilde. asiente él con la cabeza, la boca. poblada por una tostada. En esta no me agarraste quisiera decirle. Seguro que la desilusionó. Inútiles sus admoniciones preparadas. Algo le llama la atención en Agustina. Sí, los aros de Diana. En ella se lucían más. ¿Por el pelo oscuro? No, porque era Diana. Mi primer regalo para tu mamá fueron esos aritos no puede evitar comentar. Mamá me lo contó mil veces dice Agustina. ¿A verlos? pide Matilde. Agustina se despeja las orejas e inclina el cuello. Bello cuello evalúa él ¿por cuántos hombres será admirado?¿Cómo se había relacionado su mujer con sus hijas? Tantas cosas que él ya nunca podrá saber.


Hoy estoy contenta porque voy al colegio con la gorda por eso me tomo toda la leche por eso y para que Ramo no reniegue.


Marcelo queda atorado por el tránsito. Observa, entonces la puerta del colegio. Matilde y Agustina que venían caminado juntas, se apartan. Cada una se dirige a un chico distinto, apuran el paso, menean la cadera. Disfruta por ellas. Qué maravilla creerse enamorado. ¿Volverá a sucederle?


Ramo me pide que me apure y no quiere hacerme otra tostada ella me dice que es por el micro pero a mí me parece que ya sabe.


Llevo el boletín en la mano para no olvidarme me gusta mirar la firma de papá que es muy linda y yo no la conocía la de mamá sí pobrecita mi mamá que ya ni firmar puede.


Agustina le muestra a Valeria las oraciones. Matilde es una genia: explica mejor que la profesora. En un rato varias cabezas la rodean pidiendo auxilio. Gonzalo también. Ella se siente orgullosa.


Matilde no logra concentrarse en la clase, eso que es de biología. ¿Se tendrá que pasar la vida fingiendo?, ¿qué estará sintiendo Lorena? A lo mejor charlar con ella la tranquilizaría. ¿Si lo consultara con Bianchi? A su papá no quiere embromarlo más. Ya bastante tuvo él. Su compañera la codea. La profesora la está mirando. Vaya a saber qué le preguntó. Perdón pide mientras suben sus colores.



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