Matilde
baja en cuanto escucha que la puerta se cierra. ¿Cómo te fue? pregunta mientras se acerca a su hermana. Bien contesta Agustina. Gonzalo te acompañó afirma ella. Sí dice su hermana encaminándose hacia
la escalera. Ella va a hacerle una broma cuando repara en que Agustina ni la
miró. Está enojada piensa mientras
descubre que su hermana es muy capaz de tener una vida ajena a la suya. Y
también descubre que eso no le gusta nada.
Matilde ya me
preparó el agua le voy a preguntar a la gorda si se baña conmigo pero estoy
casi segura de que no va a querer.
Marcelo
sube sin que nadie lo intercepte. Desde el pasillo llega el ruido del chapoteo.
Golpea. ¿Se puede señoritas? ¡No!
grita Sofía estamos desnudas. Él
escucha que por lo bajo Lorena dice por
mí que entre. Se está alejando, sonriente, cuando Sofía indica pasá si querés. Él retrocede y abre.
Ambas nenas están adentro de la bañadera con remera. Se están mojando la ropa dice él sonriendo. No importa replica Lorena igual
es para lavar. ¿Cómo les fue en el colegio? pregunta él. A mí bien contesta una. A mí también la otra. Y cuando él no
sabe que más decirles Sofía indica ahora andate
que nos tenemos que enjabonar. Él, dócil, sale.
Agustina
le lava la cabeza a Federico. El nene protesta pero ella no lo reta porque está
contenta. Hoy no estuve tan tonta
piensa y le hace cosquillas a su hermano en el cuellito. El nene ríe a
carcajadas.
Marcelo
come en silencio. No me gusta dice
Sofía ante su plato casi lleno. Callate y
masticá indica Matilde hace mucho que
no comemos pescado y es muy bueno. La nena se lleva el tenedor a la boca
con cara de resignada. Sofi, está
buenísimo trata de convencerla Lorena. Vos
porque sos una gorda globo que te tragás todo. Él observa a Lorena. Se le cayó la cara piensa. ¡No trates a tu hermana así! la reta él
y al instante nota sobre él cinco pares de ojos abiertos de par en par. Momento
en el que repara que a sus hijos los sorprende que él se haga cargo de la
situación. Envalentonado propone mezclalo
con el puré así no le sentís el gusto. Lo enternece ver a la nena
desmenuzando el pescado y aplastándolo contra el plato. Instantes después,
tapándose la nariz dice tenés razón,
papá, así ni parece pescado. Él se siente muy orgulloso de sí mismo.
Qué suerte papá
le dijo a Sofi que yo era su hermana.
Matilde
observa a su padre. Resucitó piensa.
Y luego piensa que su mamá sí que no resucitará y se siente agudamente
culpable. La traicioné decide y de
pronto, como a Sofía, el olor del pescado le da asco. Aparta el plato.
Papá me retó
pero me gustó porque además me dio el truco del pescado.
Agustina
observa a su padre. A lo mejor antes no
se ocupaba de nosotros porque mamá no lo dejaba reflexiona. Antes. Saca cuentas. Pasado mañana se
cumplirá un mes. Quiero ir al cementerio decide.
Marcelo desde el
living escucha a Ramona levantando la mesa. Está viendo un programa político
cuando la mujer aparece con un café. Muchas
gracias, Ramona, usted es un ángel. Cuando termina de decirlo recuerda la
charla con Matilde. Agustina es un ángel
había dicho. Como si hubiera leído sus pensamientos la chiquilina se le acerca.
¿Puedo hablar con vos, papá? Claro
dice él apagando el televisor vení,
sentate. ¿Otra más? piensa, agobiado. La chica queda un rato en silencio. ¿Me querías contar algo? decide
ayudarla. Ella lo mira. ¡Qué ojos más tristes! No sé si te acordás que el jueves hará un mes que se murió mamá
dice en voz muy baja. Sí dice él por supuesto que me acuerdo. Si cada
mañana cuenta los días. Quisiera ir al
cementerio informa ella. Cómo no se
me ocurrió piensa él. Porque para eso tendría que admitir que Diana está
bajo la tierra. Pero no sé cómo hacer
sigue la chica. En un segundo él recorre mentalmente su agenda. Clase en la
facultad. Feldman. Te puedo buscar a la
salida del colegio y te llevo propone él. ¿Vos no pensabas ir? pregunta su hija. Él decide ser sincero. No se me ocurrió contesta. A Matilde le voy a decir obvio, pero no sé
si avisarle a las nenas, ¿qué opinás vos? Dejámelo pensar pide él mañana lo vemos. Gracias, papá dice
Agustina, se levanta y se está alejando cuando retrocede y le da un beso. Gracias, de veras repite y sale
corriendo. Qué hijas tengo piensa él.
Ya no tiene ganas de ver televisión. Él también se incorpora.
Me
levanto para ir al baño y cuando salgo me asomo a la escalera porque oigo voces
Agus está con papá pero no escucho lo que dicen seguro que papá le está
diciendo que yo no soy su hija ahora Agus no me va a querer más.
Matilde escucha
golpes en la puerta. Es Agustina. Qué
raro, hoy ni me habló piensa. Te
quería avisar que el jueves voy a ir con papá al cementerio. Matilde recibe
el impacto. Claro, por el mes
recapacita. Ambas quedan en silencio. ¿Vas
a ir? le pregunta su hermana luego. Ella ni se lo había planteado. Qué
contestarle. ¿Querés que te acompañe?
ofrece. Agustina la mira, muy seria. Me
acompaña papá, pensá si vos tenés ganas de ir dice y sale. Ella queda
azorada. Cómo creció su hermana. Ya no me
necesita piensa.
Marcelo no logra
dormir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario