miércoles, 1 de febrero de 2017

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Matilde merienda en casa de Rocío. Le cuesta seguir la conversación de su amiga. Pensar que estoy aquí como si tal cosa y nadie sabe lo que me está pasando. Unta con manteca una galletita. ¿Por qué su padre le ocultó que había retirado los análisis? No le encuentra el sentido. Siente la urgente necesidad de estar en su casa. En un rato me voy le comunica a Rocío. Pero si íbamos a hacer los resúmenes…  Ella se levanta de la mesa. No aguanta más. Me tengo que ir, Ro.


No me gusta viajar sola en el micro Lore y yo siempre jugamos a que vamos en avión a veces yo soy pasajera y otras azafata si mañana falta al colegio yo tampoco voy Lorena es remolesta pero no puedo ir al colegio sin mi hermana.


Matilde se baja del colectivo. Le gustaría correr pero le da vergüenza. Apura el paso. Ya en la esquina de su casa ve que Ramona se acerca por Teodoro García cargada con las compras. Va a su encuentro y pese a la resistencia de la mujer agarra un par de bolsas. Mañana vamos a comprar un changuito decide ella te vas a reventar la espalda. Es que antes tu mamá hacía la compra grande con el auto se justifica Ramona. Sí, pero mamá se murió y todavía falta para que yo pueda manejar contesta ella con rabia. No ve la hora de sacar el registro. Capaz que a los dieciséis el padre la autoriza a manejar. Recién piensa que hace más de una semana que el coche de su madre está muerto de risa en el garaje. ¿Muerto de risa? Mamá y el auto eran uno piensa. Tu papá fue a buscar a Lorena al colegio le informa Ramona. El corazón de Matilde se agita. ¿Por qué? Le dolía la panza. Me hubieras avisado se fastidia ella. Solo pueden retirarla los padres informa la mujer. Sí, pero mi mamá se murió dice por segunda vez en pocos minutos le voy a decir a papá que me dé una autorización a mí. Sí, es urgente que aprenda a manejar. Deja las bolsas en el piso y busca las llaves.


Marcelo termina el balance. Le llevó más tiempo de lo calculado. No puede creer lo que le está pasando. ¿Si lo hablara con Fernando? Imposible. Hablar del engaño es reconocer su existencia. En tanto no hable el problema no existe ni existió. El único inconveniente es Matilde. Una testigo complicada. Y Bianchi reconoce. Eso es más sencillo, puede cambiar de pediatra. Se agarra la cabeza con ambas manos. ¿Puedo ser tan pelotudo? No está en su ADN hurtarle el cuerpo a los problemas. Lo que pasó, pasó. Ya verá como pone en orden sus sentimientos con respecto a Diana. Lorena no es su hija pero es demasiado chica para ser notificada. Lo hará cuando llegue el momento. Cuando se embarace decide. Pero a Matilde debe decírselo ahora. Que ella procese la información como pueda. No es mi problema piensa ya tengo demasiados. Acomoda los papeles, apaga la luz y sale.




Matilde ni me preguntó por la tarea lo único que les importa a todos es la panza de Lorena y Fede claro ni Ramona me retó porque no terminé la leche ni nadie me manda a bañar.


Matilde está enjuagándole la cabeza a Lorena. ¿Será mejor que mañana no vaya a la escuela? Si sigue mal tendrán que llevarla a lo de Bianchi. Tendré se corrige. A lo mejor en los análisis salió algo.  Los miércoles tiene Plástica, le parece. Lore, ¿te pidieron algo para dibujo?  La nena abre los ojos de repente. Sí, ¡témperas!, si no la seño me mata, el miércoles pasado me olvidé, ¡ay!, me entró jabón, pásame la toalla. Matilde piensa que por suerte tiene témperas, ¿dónde las dejó? Cuando gira descubre a Sofía en el marco de la puerta. ¿Qué hacés ahí todavía seca?, apurate que pronto llegará papá. La nena en lugar de quejarse se desnuda al instante. ¿Quién entiende a sus hermanas?


Agustina no sabe qué hacer. ¿Traigo de nuevo la cuna? Anoche se le partió el alma cuando lo escuchó llorar. Ramona le dijo que se calmó enseguida, que lo dejara de nuevo en su cuarto, a tu mamá no le gustaría que durmiera con vos. Eso es cierto, pero es lo único en que ella no estaba de acuerdo con su mamá. ¡Cómo lo dejabas llorar!


El agua está preciosa Matilde sí que sabe llenar la bañadera.

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