jueves, 27 de abril de 2017

69

Matilde llega agitada: corrió las tres cuadras. Encuentra a Mariano apoyado contra la pared, una pierna flexionada. Sonríe al verla y camina a su encuentro. Antes de que ella pueda reaccionar él la besa en los labios. Ella se humedece.


Agustina me llama para poner la mesa justo que Lorena vino a jugar voy a ir rapidito así no se nos hace tarde para ir al cine.


Agustina revuelve la salsa que Matilde dejó preparada. El agua ya hierve. No le puse sal piensa qué tonta. Deja la cuchara de madera sobre la mesada y busca el salero.


Agustina la llamó a Sofía claro ella sí que es la hermana Fede se ríe conmigo porque él es chiquito y no se da cuenta.


Marcelo mira la cartelera. En el Multiplex, 14,50. No llegarán. En el General Paz, 16 y 20. Manda mensaje de texto para el 2x1. La escuchó a Matilde salir, ya hace rato, no sabe adónde. Por supuesto no le avisó. Tendrá que ir a comprar empanadas. Baja.


Sofi me pide que la ayude bajo corriendo pero me acuerdo de Fede y lo voy a buscar él no puede quedarse solo ni un minuto porque como decía mami es una máquina de hacer lío.


Marcelo entra en el comedor. Sofía y Lorena afanándose con la mesa. Una trae la panera, la otra los cubiertos. Ahora los vasos y las servilletas. Parecen hormiguitas piensa. Entra a la cocina. Agustina, con delantal, lucha con las cacerolas. El rostro bañado por el vapor del agua. Se abre la puerta de calle. En un instante Matilde deja un paquete sobre la mesada y luego se saca el abrigo. Traje pan informa. El mundo marcha sin mí piensa él soy superfluo.


Matilde prueba los tallarines. Agustina los sacó a punto. Igual los Don Vicente son muy aguantadores. Tiene hambre. La salsa me salió rica. Observa a las nenas: ambas comen con gusto. Hoy es mejor día que ayer. Es que para eso no se precisa mucho. Está de buen humor. Mariano la hizo reír con sus pavadas. No solo la hizo reír.  Le sube un extraño calor. Se sirve otro vaso de soda y le pone hielo.


Están muy ricos, Agustina dice su papá. La salsa la preparó Mati le advierte ella. Sí, pero vos te encargaste de todo la rebate Matilde. De todo no corrige Sofía la mesa la puse yo. ¡Y yo! se anota Lorena. Estoy muy orgulloso de todas mis mujercitas dice su padre. Agustina sonríe. Hoy es un buen día. Pero Gonzalo no me llamó. La sonrisa se diluye.


Marcelo se recuesta en el sillón del living. Acomoda los almohadones. Él se había maravillado de que Diana se arreglara tan bien con la casa en ausencia de Ramona. Nunca había reparado en el ejército de hormiguitas. Los únicos vagos en esta casa somos Fede y yo reconoce. Su moral tocada, se incorpora. ¿Ayudo en algo? ofrece al entrar en la cocina. El estupor de los cuatro pares de ojos le confirma su conclusión. Andá a sentarte que enseguida te alcanzo un café lo remata Matilde mientras friega las cacerolas.


Agustina está cambiando a Federico, que se retuerce como una anguila, sobre la cama, cuando vibra su celular. ¿Cómo estás? pregunta Gonzalo. El corazón de Agustina redobla. Bien, ¿vos? contesta. Cruzan varios WhatsApp hasta que ella escucha la voz de su padre. ¡Apúrense que se hace tarde! Después te escribo aclara y descubre que Federico ya no está en la cama. Instantes después lo ve corriendo desnudo por el pasillo. ¡Vení para acá, lechón! le grita. Las carcajadas del nene que se esconde en el baño.


Me voy a poner el vestido negro porque para ir al cine hay que arreglarse como decía mi mami porque ella sí que sigue siendo mi mami y decía además que el negro te elastiza.



Matilde está peinando a Lorena. Trenzas, porfi pide su hermana. Se empeñó en ponerse un vestido con el frío que hace. Se la ve un poco más animada. Sofía aparece con calzas y una polera ajustada. Parece un alambre evalúa.Vamos de una vez, ¡qué pesadilla tantas mujeres! las exhorta su padre. Mamá era la peor recuerda ella. Tardaba horas en maquillarse y vestirse mientras yo tenía que ocuparme de mis hermanos. ¡Ay!, ¡no me tires! protesta Lorena. De pronto se siente agotada. Debería estar con Mariano piensa. Al menos él no le pide nada. No es cierto: le exige besos y más besos. Pero con él estoy cuando quiero se disculpa ante sí misma.

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