¿Le preparo algo, señor? lo
recibe Ramona. No, gracias contesta
Marcelo. Solo tiene ganas de dormir. Por fortuna logra llegar a su cuarto sin
que nadie lo intercepte. Se saca los zapatos y se tira sobre la cama. Suena su
celular. Maldiciendo, atiende. Me quedé
preocupado dice Fernando ¿cómo estás?
¿Te digo la verdad?, como la mierda, yo ya sabía que Lorena no era mi hija pero
saber de quién es hija me dio vuelta. Avisame si querés tomar un café después
de cenar. Gracias, Fer, de veras. Yo puedo acercarme, ya sabés, siempre listo. Marcelo
corta y cierra los ojos. Desmaterializarse. Desaparecer.
Iba a golpear la puerta de mi papi pero
escucho que habla por teléfono y no lo puedo creer ya se enteró entonces era
verdad y Fernando también lo sabe estoy perdida seguro que me entregará a ese
que dice es mi papá yo de esta casa no me voy porque si me voy de esta casa me
muero ya perdí a mi mamá ahora a mi papi y peor todavía a mis hermanos que
capaz ni hermanos son mejor mucho mejor me muero ya mismo me muero.
Agustina
está haciendo la tarea de biología. Relaciones
intra e interespecíficas. Curioso el equilibrio de la naturaleza. Con
víctimas y verdugos. WhatsApp. ¿Cuántos
ejemplos para cada relación? pregunta Gonzalo. Resucitaste piensa mientras sonriendo teclea tres o cuatro, ¿precisás alguno?
Matilde se
asoma al cuarto de Sofía y la ve tirada sobre la alfombra. ¿Terminaste la tarea? No tenía contesta la nena y luego pregunta Mati, ¿me podés firmar el boletín? No, Sofi,
solo papá puede. Pero vos sos grande.
Ella se sienta en el piso. ¿Por qué
no querés mostrárselo a papá?, tu bole está rebién. Porque a él no le interesa
y a vos sí. Sin planearlo acaricia la cabeza de su hermanita. La nena la
abraza. Ella le palmea la espalda como si fuera un bebé.
Marcelo
baja la escalera. Lo precede Agustina con Federico alzado. En la mesa esperan
Matilde y Sofía, charlando. Se ubican y Matilde comienza a servir la lasagna.
La fragancia invade el comedor. A Marcelo se le abre el apetito. Repara en el
lugar vacío. ¿Y Lorena? pregunta él. La voy a buscar se ofrece Agustina
dejando la servilleta sobre la mesa. Marcelo recibe su plato. Ya comió la mitad
cuando Matilde dice voy a ver por qué no
bajan. Regresa un rato después e informa Lorena está vomitando en el baño. ¡Habrá comido mucho! comenta
Sofía jugando con la lasagna. Vos ocupate
de tu plato la reta Matilde mientras lo ayuda a comer a Federico. Él se
levanta.
Agustina
sostiene la cabeza de Lorena, arrodilladas ambas junto al inodoro. La nena no
para de vomitar. Llora y vomita. Tiembla. Agustina tiene miedo. Mamá llama internamente. Porque precisa
ayuda pero no puede dejar a su hermana sola. Como si la hubiera oído su padre
aparece en el marco de la puerta. ¿Qué está
pasando? pregunta. La cabeza de Lorena gira hacia él. Agustina descubre
tanto terror en los ojos de su hermana que a su vez pregunta Lore, ¿qué tenés? La nena sacude la
cabeza. Nada, nada, ya se me pasa. Su
padre le consulta ¿te parece que lo llame
a Bianchi? Qué puede saber ella. Preguntale
a Matilde responde mientras Lorena tiene otro acceso de arcadas.
Matilde
toca la frente de Lorena, ya acostada. Fiebre no tiene. Vemos como pasa la noche dictamina y cualquier cosa mañana llamo a Bianchi. De acuerdo asiente su
padre. Mati, ¿te podés quedar un rato?
le pide la nena. Malditas las ganas, lo único que le falta. Para su gran
sorpresa su padre ofrece ¿querés que me
quede yo? pero la cara de la nena se tensa. No, no dice vos no, Mati. Qué
extraño, Lorena siempre tan pendiente de su
papi. Dale dice ella en un ratito
vengo.
Marcelo
apaga la luz. Raro que Lorena rechazara su presencia. Mejor para mí piensa hoy sí
que tengo sueño. Pasa el brazo debajo de la almohada. Aún no se acostumbra
a la cama vacía.
No sé qué voy a hacer si papá se lo cuenta a las chicas estoy
perdida me van a llevar con ese hombre que capaz que me pega como en los
cuentos mamá tenía razón y aunque me salve de esta igual voy a ir al infierno
ojalá que Mati no se vaya nunca.
Marcelo
sale del baño. Se desveló. Las tres. Ya es tarde hasta para Fernando sonríe solo. Pasa por el cuarto de
Lorena. Se acerca de puntillas. La nena, la boca entreabierta, duerme. Echa un
ovillo, a los pies de la cama, Matilde. El levanta el acolchado del piso y la
tapa.
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